A la quinta
Me cuesta hablar del proyecto olímpico de invierno en Aragón porque tengo la sensación de que la nueva intentona tiene algo de distracción. Cae Madrid y a alguien se le ocurre que es el momento de volver a solicitar -sería el quinto intento- los Juegos de Invierno en el Pirineo para el 2018.
Quedan diez días para presentar la candidatura ante el Comité Olímpico Español que, a su vez, la trasladaría al Internacional. Y lo primero que tenemos que decidir es cómo la presentamos, si la pide Jaca, si la pide Huesca, si la pide Zaragoza, porque la piden las ciudades. Y asumir que, año tras año, obliga a comprometer recursos públicos en plena recesión económica, de la que dicen los expertos que saldremos lentamente, y tener en cuenta también que la capital aragonesa está embarcada en Expopaisajes 2014 y en la Capitalidad Cultural Europea 2016.
A favor, que desde que empezó la aventura, a principios de los noventa, gracias a la iniciativa del ex consejero Luis Acín, pues desde entonces tenemos mejores carreteras, aeropuertos, servicios y estaciones de esquí. En contra, el cambio climático, que no tenemos deportistas de referencia, y que tan poco hemos avanzado en instalaciones deportivas de invierno. Y que tenemos muchas dudas de que el Comité Olímpico Español nos tome en serio porque detrás tampoco hay entusiasmo ciudadano. Nos queda hasta el 15 de octubre y el Gobierno de Aragón tiene que hacer de hermano mayor, tiene la última palabra en la decisión porque las tiene que poner y convencer al Gobierno de España para que las ponga.
Plácido Díez (Radio Huesca)
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